Enfermedad parasitaria que padecen mamíferos (especialmente el gato) y
pájaros. Se puede transmitir al hombre ingiriendo los huevos del parásito al
comer carne poco cocinada, verduras y frutas contaminadas o por contacto con
heces del animal. La enfermedad es benigna y no provoca síntomas en las
personas sanas; desaparece de forma natural.
El
contagio es peligroso cuando la mujer está embarazada, porque se puede
transmitir al feto provocándole ceguera y retraso mental, a menos que la mujer
ya esté inmunizada. También puede ser grave en personas que tengan debilitado
el sistema inmunológico.
¿Cuáles son los
síntomas de la toxoplasmosis?
La mayoría de las personas no tienen síntomas porque su
sistema inmunitario impide que el parásito provoque la enfermedad. A veces, las
personas que tienen toxoplasmosis experimentan síntomas parecidos a los de la
gripe, como:
- Ganglios linfáticos hinchados.
- Fatiga
- Dolor de cabeza.
- Dolores por todo el cuerpo.
- Fiebre.
En las personas que tienen un sistema inmunitario débil,
la toxoplasmosis puede provocar problemas médicos graves, como:
- Confusión.
- Visión borrosa.
- Problemas de equilibrio y de coordinación.
- Convulsiones.
- Problemas en los pulmones.
Su sistema inmunitario puede volverse débil por una serie
de motivos. La infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), que
provoca el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), puede debilitar el
sistema inmunitario, al igual que algunos tipos de quimioterapia o medicamentos
contra el cáncer, que se toman después de un trasplante de órgano.
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